El fotógrafo londinense Carl Warner inició su carrera como fotógrafo de paisajes y naturaleza muerta. Actualmente combina ambos con un resultado maravillosamente surrealista.
Foodscapes de Warner, como se les llama, son creados por el montaje meticuloso de varios alimentos en su estudio de Londres. Los alimentos son seleccionados en base a la escena que Warner quiere crear. A veces se disponen, con pegamento y pernos, sobre armaduras de poliestireno con la ayuda de su equipo. El resultado final, con la iluminación especialmente elegida, es cuidadosamente fotografiado por Warner.
Efectos y detalles especiales, como cielos atmosféricos y estrellas brillantes, se añaden en el post-procesamiento. Así que, sí hay algunos efectos digitales pero no donde realmente importa.
Si te preguntas acerca de lo que sucede después de las fotografías, te diré que la comida no se desperdicia, cuando es posible. Algunos de los alimentos tienen que ser clavados o pegados para lograr los efectos deseados, y por lo tanto no son comestibles. Sin embargo, lo que es comestible por lo general se divide entre Warner y su equipo, o lo llevan a refugios para desamparados.
Fuente:
viralnova
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